Respiramos el mismo aire...
Pesado.
Tenemos suerte de estar vivos.
El mar no nos comió,
El bosque no nos mató...
La tristeza no nos consumió...
Ni a mí, ni a vos.
Sin querer, nos sentamos juntos,
En un vagón destrozado,
Del tren que llamamos vida.
Yo triste, vos cansado.
Suspiraste como anhelando...
Suspiré como espabilándome.
Yo en el letargo espeso.
Vos dentro del día a día, denso.
Pero tanto a mí, como a vos,
Nos dolía respirar.
Te mostré mi dolor...
Abrí el cajón con mis demonios
& vos tuviste pesadillas...
Aún así, me curaste con tu amor.
Me acostumbré a tus palabras,
& los sueños eran verdadera comida...
Tus deseos invocaban un abra cadabra
& lo hacía aparecer frente a tus ojos.
Luego el tiempo se me acabó,
& me tuve que bajar.
Abandoné el vagón...
Dejé dentro mi corazón
& me comenzaste a olvidar.
Ahora soy un suspiro nada más,
Que aparece cada vez que por la ventana
Aparece un reflejo distorsionado,
De esos que sólo vos mirás...
Te limpiás los ojos...
Vos volvés a suspirar...
& el reflejo se va.
No comments:
Post a Comment