Para W. [ I ]

Nadie en el transmetro se daba cuenta de dos cosas:

1) Sus labios. Siempre tan expresivos & tan bien formados, con formas de planta carnívora. << ¿Planta carnívora? >> dirá él, quien es el primero en leer mis textos; pues sí, atrapan la escasa carne de mis labios & toma de ellos la savia de mi amor. ¿Cómo la gente no puede darse cuenta del trance en el que me he sumergido? Es tan gracioso verme verlo tan distraído. Dice aquella dulce voz que me habla al oído diciéndome: "Hija, no te das cuenta, ¡casi se te caen las babas de lo hipnotizada que estás!" Pero podía ver sus hermosos dientes... Perfectas perlas mordelonas que me atacan de pasión en aquellos momentos que tu & yo ya sabemos... Pero Dios mío, nunca había contemplado aquella boca tan perfecta (& NO, no soy dentista). Es demasiado perfecta que si nadie la ha visto es porque es ciego o tiene elotes en los ojos. Si supieran que su lengua sabe tan bien, tan dulce, tan suave... No recuerdo cuando es que había sido la última vez que había contemplado con tal detenimiento aquel rostro apolíneo, (Fue la semana pasada... Para qué mentir.) pero me hace sentir tan VIVA. ¡Eso no tiene precio! Esos ojos tuyos por Dios, son tan hermosos... Tanto que aquel color me embriaga de tal forma... que me hace soñar con las obsidianas líquidas de tus cabellos escurriéndose entre mis dedos cuando te beso, con el mar opalino de tus ojos, el color de la madera en tus ojos, tan sólido aquel color, tan fuerte, vigoroso, profundo, natural... Son esos ojos que cualquier mujer desearía amar (Pero para todas aquellas que se quieran enamorar del amor de mi vida dejénme decirles que ¡NO SE PUEDE! ¡na na na na naaa! porque me ama sólo a mí.).

& esto es lo otro:

2) Sus muecas. ¡Ah! Esas divinas muecas... Las amo ¿sabes? Es todo un conglomerado intenso de pensamientos que me dicen que estás navegando con el viento de la imaginación, fijándote quizás en las casas abandonadas de la avenida Bolívar, los graffitis que pintan los artistas de la ciudad, quizás pensando en dónde pasan las camionetas, o dónde vas a bajarte, o viendo las paredes por alguna noticia nueva en la prensa pública, anotandonos que Oliverio Castañeda no murió en vano pues los Sancarlistas lo reviven a cada rato, o diciéndonos que rechazan esto o lo otro... No sé pero tus pensamientos me encantan. Son tan originales, no piensas en las canciones de los reguetoneros de moda que no hacen nada más que hablar de sexo con mujeres & lo bien que ELLOS se sienten, o en comprar ropas caras & de moda en establecimientos que después de todo uno se da cuenta que sale hasta de mejor calidad la ropa de las pacas... ¿Irónico? pues bien, cuando pasa eso es por que todos son como ovejas del mismo color, sólo tienen diferente número, en cambio, yo soy una oveja con moño rojo. ¿Moño rojo? ¡SI! Moños rojos hermosos que van con el tono de mi lana. ¡Déjenme! No soy una oveja normal, & sé que gano menos lana que las demás congéneres lanudas pero amo esta lanita, pues es LANA con AMOR. ¿Ves que me extiendo siempre? Bueno regresando al tema principal, me encanta tu mirada perdida entre las paredes de la ciudad, pensando en cosas, haciendo muecas mientras me abrazo a tu torso masculino, que tiene tanta solidez como la de un roble, me siento tan segura abrazándome a ese torso hermoso, me siento tan amada & protegida, tan lejos de las miradas lujuriosas de los hombres cerdos que hay en este lugar. Cuando te puedo contemplar de esa manera, la ciudad no me parece tan mala. Claro, si estás tú es buena, si estás tú tiene algo que ofrecerme, de lo contrario, sólo me hace desfallecer de cansancio, con los bocinazos & el tráfico inaguantable machacándome el cerebro; haciendo pedacitos mis pensamientos...

Pero ¿sabes qué es lo que no me pasa?

Me siento cada día más enamorada. Sin ti me siento hundida, machacada & destrozada. La ciudad es como un martillo tajante. Amo San Lucas, tiene una iglesia hermosa, calmada, tiene un mercado con infinidad de verduras frescas, el aroma me encanta, tiene calles que guardan mis risas en sus ecos refundidos en los adoquines, tiene tiendas & panaderías que me recuerdan a mi infancia, los panitos de mantequilla con canela & azúcar... ¿Cuándo volveremos a "Los Abuelitos" por unos panitos? Espero que sea la próxima semana, cuando vuelva a verte & quizás podamos caminar... Amo San Lucas porque cuando tú estás se transforma en el reino que toda reina quisiera poseer, con aquellos rostros que si no te harán un bien, tampoco molestarán, con aquellos rostros trabajadores, de señoras que cuchichean las novedades del pueblecito hermoso en el que viven, entre las montañas que se ríen como grandes señoras & sus risas mantienen fresca aquella atmósfera en la que me quiero sumergir. Con una vez a la semana me basta para ir a ver a mi papá el de los perritos, a mi mamá la que llena su hogar con el aroma de amor transformado en comida, en ir a visitar aquel templo sagrado en el que nadan nuestras risas, nuestras lágrimas, nuestras caricias, lo más puro del amor que emerge del colchón que siente cuando nos acostamos viéndonos el uno al otro... Enamorados... ¿Podemos siempre volver por favor? No quiero dejar de ir hasta que tengamos nuestra hermosa cabaña, en un lugar, en el mismo mundo, pero lejos de aquí... Sólo no olvidemos visitar a nuestros papás que quizás quieren reir como el viernes pasado... ¿Te parece si volvemos a reir & a carcajearnos de los sapos & las ranas que llenaban aquel garaje?

Me despido.

Siempre tuya,

M.