Ella sabía que los de afuera, los que lo ven todo desde su perspectiva bizarra y borrosa criticarían como siempre lo han hecho, disfrazando sus críticas constantes de consejos prácticos, minimizando lo que duele, restándole importancia a los constantes azotes de la vida, el flagelo diario de cada uno que lleva en silencio hasta que se manifiesta en tatuajes de pétalos purpúreos, diciendo que se usa dicha situación como "excusa" para estar triste. ¿Será que se habla a sí mismo? Creo que sí, porque usa mil & un excusas para detenerse, ¿se refleja en mi persona? No sabe que yo ya me estoy moviendo... quizá, ya me moví más lejos de lo que cree. Pero no lo puede ver. Sigue atrapada su perspectiva en el pasado, lo que conoció hace mucho... Las palabras de aquellas personas dejaron realmente de importar porque, pese a que esas personas fueron importantes algún día, que se quejan de que no estuve cuando ellos se marcharon primero excusándose en conductas causadas por ellos mismos, profiriendo sentencias crueles, palabras negativas, que infligieron dolor en su momento; son entonces palabras ajenas, distantes, lejanas... palabras que como náufragos perdidos, piden ser rescatadas para engendrar dolor nuevamente, nacidas de la envidia & el odio & con desespero existir, ser validadas por otro ser viviente para no morir solas.
No, no puedo tampoco involucrarme con alguien así, que tan sólo fija sus ojos en la amargura, culpando a alguien más de sus propias palabras cual si fueran dardos envenenados, intoxican el alma. Tampoco pueden entender por lo que se pasa, tampoco pueden comprender lo que hay en mi mente, puesto que no comparto más ese espacio íntimo, aquello que es mío & sólo mío... Por el temor a ser herido una vez más; aunque no significa que les odie, aún les guardo cariño... aún les tengo presente... al menos, yo les considero; su trabajo, su esfuerzo, las cosas que alguna vez hicieron por mí. Yo nunca olvido, porque es prohibido olvidar... pero así como recuerdo bueno, recuerdo malo... & pese a lo malo, nunca dudaría en extender mi mano si se me busca, nunca dudaría de prestar un oído al que le importa & dar un poco de mi tiempo, bien dedicado a la escucha, si esas personas me buscaran; tampoco me iría sin dejar un consejo, algo dulce, palabras sanas que no broten de agua estancada en mi corazón, algo fresco, cual si fuera oasis en el desierto, desmintiendo los espejismos de un corazón roto... Pero con la apropiada distancia que el caso merece; porque a pesar de todo, esa parte tan infantil & ingenua de mí, les sigue apreciando, les sigue queriendo, les sigue pensando, leyendo & aunque no lo crea, monitoreando porque a la distancia sigue sintiendo eso... pero ¿regresar a cambio de qué? ¿De más odio, de más envidia? No... no más, suficiente tengo con los fantasmas, los demonios que asedian la puerta de mi alma con arietes y catapultas, destruyendo lo que pueden; entonces es cansado tener un inquisidor al lado, que se barniza de tolerante & amigable; aunque duela tu ausencia, es menos el dolor que tu presencia flagelante... pero eso no significa que retire mi mano, mi cariño... porque aún está ahí, bajo la piel de lobo, porque es más gruesa, más aguantadora que la del conejo que aún les ama.
De cualquier forma... no me acercaré con las uñas de fuera como tú, sino con una coraza dura, que no deje entrar tu veneno, porque duele. Pero si algo puedo hacer, lo haré sin dudar.