Nadie en el transmetro se daba cuenta de dos cosas:
1) Sus labios. Siempre tan expresivos & tan bien formados, con formas de planta carnívora. << ¿Planta carnívora? >> dirá él, quien es el primero en leer mis textos; pues sí, atrapan la escasa carne de mis labios & toma de ellos la savia de mi amor. ¿Cómo la gente no puede darse cuenta del trance en el que me he sumergido? Es tan gracioso verme verlo tan distraído. Dice aquella dulce voz que me habla al oído diciéndome: "Hija, no te das cuenta, ¡casi se te caen las babas de lo hipnotizada que estás!" Pero podía ver sus hermosos dientes... Perfectas perlas mordelonas que me atacan de pasión en aquellos momentos que tu & yo ya sabemos... Pero Dios mío, nunca había contemplado aquella boca tan perfecta (& NO, no soy dentista). Es demasiado perfecta que si nadie la ha visto es porque es ciego o tiene elotes en los ojos. Si supieran que su lengua sabe tan bien, tan dulce, tan suave... No recuerdo cuando es que había sido la última vez que había contemplado con tal detenimiento aquel rostro apolíneo, (Fue la semana pasada... Para qué mentir.) pero me hace sentir tan VIVA. ¡Eso no tiene precio! Esos ojos tuyos por Dios, son tan hermosos... Tanto que aquel color me embriaga de tal forma... que me hace soñar con las obsidianas líquidas de tus cabellos escurriéndose entre mis dedos cuando te beso, con el mar opalino de tus ojos, el color de la madera en tus ojos, tan sólido aquel color, tan fuerte, vigoroso, profundo, natural... Son esos ojos que cualquier mujer desearía amar (Pero para todas aquellas que se quieran enamorar del amor de mi vida dejénme decirles que ¡NO SE PUEDE! ¡na na na na naaa! porque me ama sólo a mí.).
& esto es lo otro:
2) Sus muecas. ¡Ah! Esas divinas muecas... Las amo ¿sabes? Es todo un conglomerado intenso de pensamientos que me dicen que estás navegando con el viento de la imaginación, fijándote quizás en las casas abandonadas de la avenida Bolívar, los graffitis que pintan los artistas de la ciudad, quizás pensando en dónde pasan las camionetas, o dónde vas a bajarte, o viendo las paredes por alguna noticia nueva en la prensa pública, anotandonos que Oliverio Castañeda no murió en vano pues los Sancarlistas lo reviven a cada rato, o diciéndonos que rechazan esto o lo otro... No sé pero tus pensamientos me encantan. Son tan originales, no piensas en las canciones de los reguetoneros de moda que no hacen nada más que hablar de sexo con mujeres & lo bien que ELLOS se sienten, o en comprar ropas caras & de moda en establecimientos que después de todo uno se da cuenta que sale hasta de mejor calidad la ropa de las pacas... ¿Irónico? pues bien, cuando pasa eso es por que todos son como ovejas del mismo color, sólo tienen diferente número, en cambio, yo soy una oveja con moño rojo. ¿Moño rojo? ¡SI! Moños rojos hermosos que van con el tono de mi lana. ¡Déjenme! No soy una oveja normal, & sé que gano menos lana que las demás congéneres lanudas pero amo esta lanita, pues es LANA con AMOR. ¿Ves que me extiendo siempre? Bueno regresando al tema principal, me encanta tu mirada perdida entre las paredes de la ciudad, pensando en cosas, haciendo muecas mientras me abrazo a tu torso masculino, que tiene tanta solidez como la de un roble, me siento tan segura abrazándome a ese torso hermoso, me siento tan amada & protegida, tan lejos de las miradas lujuriosas de los hombres cerdos que hay en este lugar. Cuando te puedo contemplar de esa manera, la ciudad no me parece tan mala. Claro, si estás tú es buena, si estás tú tiene algo que ofrecerme, de lo contrario, sólo me hace desfallecer de cansancio, con los bocinazos & el tráfico inaguantable machacándome el cerebro; haciendo pedacitos mis pensamientos...
Pero ¿sabes qué es lo que no me pasa?
Me siento cada día más enamorada. Sin ti me siento hundida, machacada & destrozada. La ciudad es como un martillo tajante. Amo San Lucas, tiene una iglesia hermosa, calmada, tiene un mercado con infinidad de verduras frescas, el aroma me encanta, tiene calles que guardan mis risas en sus ecos refundidos en los adoquines, tiene tiendas & panaderías que me recuerdan a mi infancia, los panitos de mantequilla con canela & azúcar... ¿Cuándo volveremos a "Los Abuelitos" por unos panitos? Espero que sea la próxima semana, cuando vuelva a verte & quizás podamos caminar... Amo San Lucas porque cuando tú estás se transforma en el reino que toda reina quisiera poseer, con aquellos rostros que si no te harán un bien, tampoco molestarán, con aquellos rostros trabajadores, de señoras que cuchichean las novedades del pueblecito hermoso en el que viven, entre las montañas que se ríen como grandes señoras & sus risas mantienen fresca aquella atmósfera en la que me quiero sumergir. Con una vez a la semana me basta para ir a ver a mi papá el de los perritos, a mi mamá la que llena su hogar con el aroma de amor transformado en comida, en ir a visitar aquel templo sagrado en el que nadan nuestras risas, nuestras lágrimas, nuestras caricias, lo más puro del amor que emerge del colchón que siente cuando nos acostamos viéndonos el uno al otro... Enamorados... ¿Podemos siempre volver por favor? No quiero dejar de ir hasta que tengamos nuestra hermosa cabaña, en un lugar, en el mismo mundo, pero lejos de aquí... Sólo no olvidemos visitar a nuestros papás que quizás quieren reir como el viernes pasado... ¿Te parece si volvemos a reir & a carcajearnos de los sapos & las ranas que llenaban aquel garaje?
Me despido.
Siempre tuya,
M.
Friday, March 30, 2012
NO es un Sentimiento Convencional... [Amor le Dicen...]
No amor mío,
No sé como escribir canciones de amor,
Pero puedo transformar las palabras en frío,
En tu luz & su calor.
Nadie sabe en realidad,
Cómo comienza,
No, nadie sabe de verdad,
En dónde es que empieza
Aquello que quebranta la maldad,
Con toda su belleza.
Quizás no lleva tiempo nuestra historia,
Pero hay más entre este sentimiento & su profundidad
Pues todo lo que hemos vivido se guarda en la memoria
Para iluminarnos en la oscuridad.
Nadie sabe en realidad,
Cómo comienza,
No, nadie sabe de verdad,
En dónde es que empieza
Aquello que quebranta la maldad,
Con toda su belleza.
Es cierto, esto no es una canción,
Pero es más que un simple pensamiento
Tal vez son sólo palabras de poeta que salen del corazón,
Palabras cargadas de un sentimiento.
Amor le dicen.
No sé como escribir canciones de amor,
Pero puedo transformar las palabras en frío,
En tu luz & su calor.
Nadie sabe en realidad,
Cómo comienza,
No, nadie sabe de verdad,
En dónde es que empieza
Aquello que quebranta la maldad,
Con toda su belleza.
Quizás no lleva tiempo nuestra historia,
Pero hay más entre este sentimiento & su profundidad
Pues todo lo que hemos vivido se guarda en la memoria
Para iluminarnos en la oscuridad.
Nadie sabe en realidad,
Cómo comienza,
No, nadie sabe de verdad,
En dónde es que empieza
Aquello que quebranta la maldad,
Con toda su belleza.
Es cierto, esto no es una canción,
Pero es más que un simple pensamiento
Tal vez son sólo palabras de poeta que salen del corazón,
Palabras cargadas de un sentimiento.
Amor le dicen.
Monday, March 19, 2012
De Albóndigas Espaciales & Pensamientos Irracionales. [Quiero Hablarte.]
Es mi corazón en vientos fuertes...
Necesito algo...
Pero aún así me inclino a la soledad.
Siento que puedes venirme a encontrar,
Sentada frente al monitor...
En silencio...
Con las pistas de Gregory & The Hawk.
& me puedo intoxicar,
Con millones de pensamientos que veo pasar...
Sin embargo es mi corazón el que desea,
Desea algo...
Si tan sólo pudisese ver...
Que el día de hoy,
Aunque soleado es gris
Sin ti no se siente igual.
¿Crees que te puedo lastimar?
¿Aún más de lo que te puedo amar?
No lo sé-
Quizás tiene razón.
Piensa mi cabeza sin parar...
No - dice mi corazón.
Yo sé que no.
La llama está viva.
Pero te siento tan lejos,
Con un escudo de espagueti...
& Albóndigas asesinas listas para matar.
No quiero pastas a la bolognesa...
Quiero sentirte a tí.
No quiero comer ñoquis....
Ni pasta al pesto...
Ni vegetales....
No tengo apetito.
La comida me da asco....
& quiero entenderlo,
Pero más aún,
Quiero enfrentarlo.
El desayuno pelea por quedarse,
Aún cuando lo he comido hace bastante.
Mi corazón duele.
Aquí...
Sangra....
Tengo sangre en las manos...
Me sangran al escribir.
Te espero sin cansar...
Si no vienes no comeré.
No quiero comer.
Veo mi plato...
Puesto en la mesa...
Mejor lo tapo....
No puedo verlo más.
Te espero para comer.
Compartimos uno de todo...
Porque somos uno...
Repartido en dos cuerpos.
Camino en círculos..
Al rededor de una montaña.
¿A dónde me lleva?
A ningún lugar.
Sólo cae sobre mi,
Una fina nieve...
No sé cómo es la nieve...
Pero si pesa tanto como la imagino...
No quiero salir bajo la nieve nunca.
Son copos asesinos...
Duelen aquí....
Porque son como millones de cuchillas
Que están tan afiladas...
Duelen aquí...
Porque no pude llegar...
& sé que tampoco vendrás.
Entonces me inclino hacia la soledad...
Quiero dormir...
Para que no pueda verla,
& me vuelva insensible, invisible...
Sólo sé que he pasado un día.
Aún no termina.
Mi perro & yo esperamos
En la puerta a que papá pueda regresar.
Me daban ganas de llorar
Cada vez que papá o mamá se acercaban a mi.
Pero callo.
Si debo llorar,
Lo haré en silencio.
No quiero que mis lágrimas
Sean como los copos de nieve
Pesados & aturdentes...
Ya no quiero lastimar.
¿En dónde estás?
¿De verdad no me quieres hablar?
Shh....
Me dice que me ama...
No llores más.
Va a llegar.
¿Cuándo?
No lo sé, pero ya ha de llegar.
No te dejaría con vestido & peinado,
Con el maquillaje que tanto te ha costado...
No te dejaría porque tiene tu sombrilla,
Sé que las nubes se están acercando,
& quizás el cielo esté llorando...
Pero procura no desarmarte,
Él está lejos en marte,
Pero la tierra no está tan a años luz...
Sólo a unos cuantos kilómetros...
Tal vez las albóndigas asesinas puedan funcionar,
Quizás aquí lo vengan a dejar.
Ahora veo mi isla,
El mar se la quiere comer...
& yo quiero vomitar más arena,
Para que pueda crecer...
Pero el mar parece ganar...
Mis lágrimas no parecen ayudar...
¿Podrás venir antes de que el mar la orilla se trague?
He vomitado toda la arena
Que había en mi cuerpo...
Para hacer crecer mi isla...
Pero la marea hace de las suyas,
¿& dónde estás?
Sé que vienes para acá...
Te necesito porque Te Amo.
Así que creeré.
Sé que llamarás cuando vengas cruzando la atmósfera,
Cuando cruces el Velo Negro,
Cuando llegues a la Litósfera...
Ahí en un pedacito de Litósfera,
Siendo tragado por la Hidrósfera....
Me encontrarás...
& me rescatarás...
Así lo creeré...
Necesito algo...
Pero aún así me inclino a la soledad.
Siento que puedes venirme a encontrar,
Sentada frente al monitor...
En silencio...
Con las pistas de Gregory & The Hawk.
& me puedo intoxicar,
Con millones de pensamientos que veo pasar...
Sin embargo es mi corazón el que desea,
Desea algo...
Si tan sólo pudisese ver...
Que el día de hoy,
Aunque soleado es gris
Sin ti no se siente igual.
¿Crees que te puedo lastimar?
¿Aún más de lo que te puedo amar?
No lo sé-
Quizás tiene razón.
Piensa mi cabeza sin parar...
No - dice mi corazón.
Yo sé que no.
La llama está viva.
Pero te siento tan lejos,
Con un escudo de espagueti...
& Albóndigas asesinas listas para matar.
No quiero pastas a la bolognesa...
Quiero sentirte a tí.
No quiero comer ñoquis....
Ni pasta al pesto...
Ni vegetales....
No tengo apetito.
La comida me da asco....
& quiero entenderlo,
Pero más aún,
Quiero enfrentarlo.
El desayuno pelea por quedarse,
Aún cuando lo he comido hace bastante.
Mi corazón duele.
Aquí...
Sangra....
Tengo sangre en las manos...
Me sangran al escribir.
Te espero sin cansar...
Si no vienes no comeré.
No quiero comer.
Veo mi plato...
Puesto en la mesa...
Mejor lo tapo....
No puedo verlo más.
Te espero para comer.
Compartimos uno de todo...
Porque somos uno...
Repartido en dos cuerpos.
Camino en círculos..
Al rededor de una montaña.
¿A dónde me lleva?
A ningún lugar.
Sólo cae sobre mi,
Una fina nieve...
No sé cómo es la nieve...
Pero si pesa tanto como la imagino...
No quiero salir bajo la nieve nunca.
Son copos asesinos...
Duelen aquí....
Porque son como millones de cuchillas
Que están tan afiladas...
Duelen aquí...
Porque no pude llegar...
& sé que tampoco vendrás.
Entonces me inclino hacia la soledad...
Quiero dormir...
Para que no pueda verla,
& me vuelva insensible, invisible...
Sólo sé que he pasado un día.
Aún no termina.
Mi perro & yo esperamos
En la puerta a que papá pueda regresar.
Me daban ganas de llorar
Cada vez que papá o mamá se acercaban a mi.
Pero callo.
Si debo llorar,
Lo haré en silencio.
No quiero que mis lágrimas
Sean como los copos de nieve
Pesados & aturdentes...
Ya no quiero lastimar.
¿En dónde estás?
¿De verdad no me quieres hablar?
Shh....
Me dice que me ama...
No llores más.
Va a llegar.
¿Cuándo?
No lo sé, pero ya ha de llegar.
No te dejaría con vestido & peinado,
Con el maquillaje que tanto te ha costado...
No te dejaría porque tiene tu sombrilla,
Sé que las nubes se están acercando,
& quizás el cielo esté llorando...
Pero procura no desarmarte,
Él está lejos en marte,
Pero la tierra no está tan a años luz...
Sólo a unos cuantos kilómetros...
Tal vez las albóndigas asesinas puedan funcionar,
Quizás aquí lo vengan a dejar.
Ahora veo mi isla,
El mar se la quiere comer...
& yo quiero vomitar más arena,
Para que pueda crecer...
Pero el mar parece ganar...
Mis lágrimas no parecen ayudar...
¿Podrás venir antes de que el mar la orilla se trague?
He vomitado toda la arena
Que había en mi cuerpo...
Para hacer crecer mi isla...
Pero la marea hace de las suyas,
¿& dónde estás?
Sé que vienes para acá...
Te necesito porque Te Amo.
Así que creeré.
Sé que llamarás cuando vengas cruzando la atmósfera,
Cuando cruces el Velo Negro,
Cuando llegues a la Litósfera...
Ahí en un pedacito de Litósfera,
Siendo tragado por la Hidrósfera....
Me encontrarás...
& me rescatarás...
Así lo creeré...
Wednesday, March 14, 2012
Amor & sus 4 Estaciones.
No dejes que en la ausencia que deje mi partida a la Vida Eterna extinga la llama del Amor de Verano que nos unió... Procuremos siempre mantener una Primavera, para que cuando venga la tempestad del Invierno, en el que alguno de los dos tenga que partir, el Otoño se pueda sobrellevar.
Si el silencio te aleja de mi, quiero que me lleve contigo.
Siempre tuya, Mary Belle.
Escribo este poema para el Otoño,
Para que te recuerde el rojo de mi moño,
Aquel con que suelo peinar de oveja mi cabello
Aquel que se ha convertido en todas mis cartas un sello.
Aunque estemos en plena primavera,
& nuestro corazón vuele en la estratosfera
Quiero estar siempre en tu memoria
Porque la vida siempre es aleatoria.
¿Recuerdas aquel amor de verano
Aquel que significa más que el beso cotidiano?
Es es mismo amor que vemos hoy crecer,
Aquel que debemos defender.
Pronto se ha de acercar el invierno,
Cuando esté en mi lecho dame un beso tierno
Para tener tesoro tuyo a la hora de partir,
Pues no importa a dónde vaya, el Destino nos ha de reunir.
Si el silencio te aleja de mi, quiero que me lleve contigo.
Siempre tuya, Mary Belle.
Escribo este poema para el Otoño,
Para que te recuerde el rojo de mi moño,
Aquel con que suelo peinar de oveja mi cabello
Aquel que se ha convertido en todas mis cartas un sello.
Aunque estemos en plena primavera,
& nuestro corazón vuele en la estratosfera
Quiero estar siempre en tu memoria
Porque la vida siempre es aleatoria.
¿Recuerdas aquel amor de verano
Aquel que significa más que el beso cotidiano?
Es es mismo amor que vemos hoy crecer,
Aquel que debemos defender.
Pronto se ha de acercar el invierno,
Cuando esté en mi lecho dame un beso tierno
Para tener tesoro tuyo a la hora de partir,
Pues no importa a dónde vaya, el Destino nos ha de reunir.
Psalms of The Reborn; Psalm 7: "Rescue Me."
Es porque profesas el nombre de La Luz con tu alma que puede llegar hasta los ojos de aquellos en plena oscuridad. Gracias por cuidarme, por defenderme ante los enemigos. Enséñame maestro a ser así, para poder llevar la Luz en mi corazón & defenderla con toda la fuerza que exista en mi ser. Así, mismo defender nuestro amor, ante la oscuridad que lucha por consumir TODA la llama existente.
Siempre tuya, Mary Belle.
Despierto de la noche tormentosa
La luz me abandona
Mi vista se vuelve borrosa.
A la luz de la luna los puedo ver,
Los escupitajos de mis enemigos
Se aglutinan sobre mi ser.
Pero tu furor los espanta
A todos los ves correr
Sus insultos se vuelven guillotina en su garganta.
Te paras frente a mi,
Me limpias las heridas
Con el amor que sale de ti.
Me pones finos vestidos
De sedas opalinas
Que juegan con mis cabellos bien recogidos.
Me sientas a tu lado
En una amplia mesa
Para que mi corazón se sienta halagado.
Sale el Sol sobre tu cabeza,
Te corona con la vida,
Para celebrar tu proeza.
Psalms of The Reborn; Psalm 6: C'est la Vie
El más reciente, el hecho el día de hoy, pensando en nuestra plática por el camino, dónde recordaba la vieja filosofía, equivocada filosofía de la vida cuando era aún más joven e inexperta, cuando como tú dijiste: "Iba por la calle equivocada..." Ahora te encontré mi Sol. Sigue iluminándome con tu amor... Siempre tuya, Mary Belle.
Tomé la pluma de un adiós...
Veía la vida pasar.
Entre mis dedos su esencia
Se parecía colar...
Detente...
Entre mis dedos
Se hace un espacio vacío,
El espacio que llenaste
Ahora ya no tiene frío.
Sálvame.
Ahora es todo tan diferente.
Quisiera pensar que lo puedo pintar,
Así también se siente.
Pero eso pasa al amar.
Psalms of The Reborn: Psalm 5: "Leave Your Light On, I'm Going Through a Cavernous Night"
Déjame la luz de tus ojos encendida... Pronto he de llegar. La meta es encontrar el camino a través de la noche oscura, que se impone locamente sobre mi ser... No dejaré que me aplaste, la llama de la fe & el amor me iluminará... Por favor, déjale encendida mientras llego. Siempre tuya, Mary Belle.
La noche es oscura
Pero quiero despertar
Aunque sé que el dolor perdura.
No quiero saber
De un alma capturada
Que no puede ser
Por ti amada.
Sé que me pueden comer
Las fauces noche
Mi alma se refugia en el miedo que puede tener.
Con ella
No me quiero quedar
Porque es sólo una estrella
Que algún día se va a apagar.
Sólo quiero parar
El reloj cuando camina
Siento que de mi te puede arrebatar.
Quiero reinventar
Tu espacio
Porque te puede tragar
Todo lo rancio.
Siento el peso de la oscuridad
No me deja caminar
Por el peso de su maldad.
Sólo déjame tu mano tomar,
Me siento tan perdida
Para que me puedas encontrar
Dejaré mi luz encendida
Psalms Of the Reborn; Psalm 4: "Matters Of Time"
El tiempo es tan intangible... Que parece escaparse de vez en cuando. No quiero que se escape el aliento de vida que mantiene a ese reloj marcando el paso... No quiero dejar de sentirte. Siempre tuya, Mary Belle.
¿Qué es tiempo en realidad?
Ahora se que tiene alas para volar.
Se va lejos llegando al mar.
A veces el tiempo es estrella fugaz,
Nos baña en sus segundos
Se disfruta cuando estamos juntos
Porque la soledad es un animal voraz.
El mundo hoy cargado de adversidad
Se torna un arma en mi imaginación
Que te puede robar la respiración.
Tengo miedo de la soledad,
Que me produciría tu ausencia,
Yo sólo quiero disfrutar de tu presencia.
Mientras tenga vida
El tiempo sigue corriendo,
En mis venas tu amor fluyendo
Hasta la médula de mi alma zurcida.
El ayer se marchó con amabilidad,
Para que hoy tu amor se pudiese quedar,
& en mi corazón pudiese anidar.
Me quedo con la tranquilidad,
De que aún te oigo respirar,
Pues otro día el mañana nos ha de entregar.
"Psalms of the Reborn; Psalm 3: As a Tree, I want to be."
Quiero ser fuerte para crecer mi Wayne, así puedo crecer como un árbol, con coraza fuerte, pero lleno de savia. Siempre tuya, Mary Belle.
Quiero crecer
Como árbol junto al manantial
Que de tus labios pueda beber
Aquella sazón celestial.
Que nada me quite
Lo que da un sentido
Porque si así La Deidad lo permite
Quiero permanecer más de lo vivido.
Déjame producir con mis ramas un sonido
Que llene tus sentidos
& te dé sombra mi amor.
El otoño ha pasado,
Con el viento las hojas ha esparcido
Pero la primavera ya ha llegado,
& Ahora las aves construyen su nido.
Mientras este tronco siga erguido
Acumulando años circulares en su interior
Seguiré creciendo en tu pecho nutrido
Gustando de tu calor.
Déjame crear un follaje colorido
Que guarde tu secreto
Pues entre mis hojas lo cuido.
Psalms of the Reborn; Psalm 2: "Reinventing Gravity"
Mi Wayne, quisiera estudiar Licenciatura en física si es necesario para reinventar la gravedad... Espero que nada caiga sobre nosotros... Siempre tuya, Mary Belle.
Algo en mí
Quiere combatir la gravedad
Para que no caiga nada sobre ti
& Alejarte de toda maldad.
Quizás no entiendo
El designio divino a totalidad
Pero no puedo alejar lo que estoy sintiendo
Pues es mi única verdad.
Dime mi dulce amor,
¿Cuando es que comenzó a pasar
Que se cae todo en derredor?
Ojalá esta lluvia infinita
Se pudiera consumir
Pero si Dios nos lo quita
La Creación se puede destruir.
Quisiera reinventar
Las leyes de la gravedad
Para poderte salvar
De lo atroz de la realidad.
& Nunca fue Ayer.
Verso simple para mi amor... Siempre tuya, Mary Belle.
& El ayer se va
Como si nunca estuvo aquí.
Pues nunca anidó en tus brazos
Porque lo sacudió tu frenesí.
Te Amo.
Psalms of The Reborn: Psalm 1: "Reconstruction"
Lo único que valía la pena recuperar de aquella cosa a la que no estaba preparada para tener... Es más, tengo esto porque significa mucho para mí, es TODO para tí. Te Amo Wayne D.
Cierra los ojos mi mío...
Cierra los ojos mi amor.
No tengas ya frío,
Que te daré todo mi calor.
Gracias por devolverme,
Por recordarme quien soy
Porque estaba a punto de perderme
Antes de vivir el día de hoy.
Siento derretirme...
En tus brazos confiarme.
Siento si no puedo redimirme...
Perdón por quebrarme.
Pero este pecado en mi,
Pudo ver al perdón en ti.
Gracias por tu mano tenderme,
Cuando nadie dudó en dejarme.
Quién diría
Que al conocerte,
Mi vida se transformaría,
De manera trascendente.
Cuando mis labios perdían color...
Estabas tú fulgurante.
No me prives de tu amor,
Pues sin ti mi alma es errante.
Mis manos danzan inquietas...
Quieren encontrarte.
Mi lengua no se queda quieta...
Desea llamarte.
Donde quiera que te encuentres...
Ahí quiero llegar.
Donde quiera que entres...
Ahí quiero estar.
Toma mi todo mi ser,
Llénalo hasta los bordes.
Rellena este reloj de arena,
Con el milagro de una semilla.
Sunday, March 11, 2012
Why I love you.
You make me sing,
You make me dance... You make me want to be better everyday.
Forever yours, Mary Belle
Love Bottle
Pensé en una imagen... Ya sabes cuál es mi amor... Pensé en nuestro amor... Las palabras brotaron sin mayor labor... Eso es por tu inspiración, que se alberga en mi pequeño corazón. Te amo Wayne D.
Siempre Tuya, Mary Belle.
Metí todo mi amor
En una cristalina botella.
Allí atrapé la centella
Pues para ti es todo su color.
Te la enviaré por el mar
Las olas te la harán llegar.
Entre más pronto pueda estar
Será mejor pues lo puedes precisar.
Cuando en tus manos la tengas,
Asegúrate de ver la explosión,
Pues se impregnará en tu corazón
Una escalera para que vengas.
Sé que habrás abierto la botella
Porque el cielo veré
Aparecerá una estrella,
& en segundos allí estaré.
Metí todo mi amor
En una cristalina botella.
Allí atrapé la centella
Pues para ti es todo su color.
Te la enviaré por el mar
Las olas te la harán llegar.
Entre más pronto pueda estar
Será mejor pues lo puedes precisar.
Cuando en tus manos la tengas,
Asegúrate de ver la explosión,
Pues se impregnará en tu corazón
Una escalera para que vengas.
Sé que habrás abierto la botella
Porque el cielo veré
Aparecerá una estrella,
& en segundos allí estaré.
Friday, March 09, 2012
Wednesday, March 07, 2012
The Dark Side of Galatea
Bajo la falda de Galatea
Se esconden secretos
No deben ser contados
A cualquiera que sea.
Se encuentra la herida
Bajo esa falda descocida
Que ha dejado la vida
En una combinación homicida.
Es entonces que aparece
En ese mundo vacío
Aquel cuya vida florece.
Allí en la oscuridad
Es que le ilumina
Galatea ignora la frialdad
Por que sabe que en ella una semilla germina.
Pero es aquel Ser
Que encontró la oscuridad
Pero la iluminó para poder ver
Bajo la falda de Galatea.
Se esconden secretos
No deben ser contados
A cualquiera que sea.
Se encuentra la herida
Bajo esa falda descocida
Que ha dejado la vida
En una combinación homicida.
Es entonces que aparece
En ese mundo vacío
Aquel cuya vida florece.
Allí en la oscuridad
Es que le ilumina
Galatea ignora la frialdad
Por que sabe que en ella una semilla germina.
Pero es aquel Ser
Que encontró la oscuridad
Pero la iluminó para poder ver
Bajo la falda de Galatea.
Sunday, March 04, 2012
Pálida. (Adiós...)
Chloris era tan pálida que parecía tan fría como la luna. Su personalidad no era muy lejos de ser pálida como su rostro. Ella carecía de color. Estaba todo el día sentada frente a una ventana, vestida de blanco, sus manos siempre estaban frías & su mirada siempre ausente. - ¿A quién esperas? - Preguntaba Agnes, la enfermera, pero Chloris siempre estaba en silencio.
Agnes miraba la habitación con duda, había pasado tres años siempre peinando su cabello negro, bañándola, vistiéndola, era como tener una muñeca de carne & hueso. El ama de llaves había contratado a Agnes para cuidar a Chloris mientras sus padres viajaban, lo cual era casi todo el tiempo, sus padres estaban envueltos en la esfera política de un país al que servían con agrado como grandes & nobles diplomáticos, no querían que una criatura que nunca habían deseado les retrasara más tiempo en su agitado acenso. Agnes mientras tanto deseaba hacerle preguntas a Binka, el ama de llaves, pero el miedo & el respeto a su contrato nunca la dejaban.
Mientras la cabeza de Agnes se llenaba de ideas extrañas sabía que había llegado la hora de revisar la ficha clínica de Chloris para medicarla como siempre. El Dr. Münz era el psiquiatra encargado de atenderla. Tomó las fichas & encontró que habían más en una carpeta de color negro con el nombre Chloris, una fecha & un número de registro. En la primera ficha, había palabras en un vocabulario médico que ella podía entender, eso regresó a su memoria todo lo sucedido.
Agnes había recordado ese día... El Dr. Münz había ordenado preguntar a los padres lo sucedido la primera vez que se le atendió. Como siempre, Blanchette & Carl estaban tan ocupados que apenas dijeron lo sucedido al Dr. Münz, él molesto por el desinterés & la insensibilidad & por esto, tomó una desición que costaría caro, ¿pero qué eran unos miles más para Blanchette & Carl? Así que observó a Chloris por tres días seguidos.
Durante el primer día en la ficha tan sólo decía: Catalepsia. Llevaba casi 48 horas de estar sosteniendo la misma posición frente a una ventana que tenía vista hacia la calle según reportó la Frau Binka. Por fin, el doctor Münz tomó la desición de inyectarle un ansiolítico para probar si se trataba de esquizofrenia. Anotó en la ficha: Observar en 8 horas el resultado.
Ocho horas después ella seguía sentada en el mismo lugar, probó hablar con ella
-¿Chloris?-
Nada... No decía nada. Lo intentó de nuevo.
- Chloris, vámos a la cocina.- Dijo el Dr. Münz
- No. - Repuso con un mutis.
- ¿Puedes moverte Chloris?
- ¿ Puedes moverte...? - Repitió.
El doctor Münz volvió a anotar otro par de palabras en la ficha: mutismo, negativismo. Richard Münz no era un hombre que daba su brazo a torcer tan fácil. ASí que intentó hablar de nuevo.
- Hola. - Dijo Münz
- Hola - Repitió Chloris. Münz quería constatar que no era ecolalia así que intentó de nuevo.
- Las rosas son rojas... - Dijo Münz
- Las rosas son rojas... - Repitió Chloris sin voltear a verle.
Así que Richard Münz había probado su punto: era ecolalia. Anotó una tercer palabra en la ficha: ecolalia. Siguió observándola durante dos horas más, esperando observar algo, escuchar algo, sentir algo; pero nada. Pronto, el experimentaba un tipo de somnolencia extraña, sus ojos se apagaban poco a poco, cerrándose lentamente, las imágenes a su alrededor se hacían borrosas, todo se hacía incomprensible... cuando escuchó algo; era Chloris:
- Sólo haz lo que quieras... Sin mi.
El doctor Richard Münz lo anotó en un cuaderno que tenía a la mano. Chloris tocaba la ventana con sus temblorosos, destruidos & pálidos dedos. Las marcas en los dedos de Chloris denotaban la ansiedad de la que era víctima, pero eso era algo que podía observar después así que Richard Münz divisó a un muchacho con una bufanda gris, hablando con Binka, el ama de llaves.
- Las olas... Se mueven a tu alrededor... - musitó Chloris.
El doctor seguía escuchando & anotando en aquella libreta de color rojo todo lo que salía lentamente de los labios de Chloris.
- Me ahogo en tu adiós... Frío. Siento frío en el Paraíso. - volvió a musitar Chloris
"Era como un rompecabezas retorcido" escribió Richard Münz en la libreta al pié de la página.
- & las olas de ven partir... - hizo una pausa - ¿Tienes calor? -
Chloris decía retazos de imaginación. ¿Quién puede tener calor en un frío día de Noviembre? ¿Quién puede sentirse con calor cuando los copos de nieve se asoman a las ventanas?
- & te arrepientes del día que me amaste. ¿Verdad?
"Sigue sin parar, como si estuviese viciada por la presencia del muchacho con bufanda gris parado frente al pórtico de la garita de entrada." ¿Quién era el muchacho? preguntaba Münz en su cabeza.
Binka entró a la residencia, el muchacho se volteó... Chloris lloró. Se halaba el cabello, se aruñaba en cuerpo con las pocas uñas que le quedaban, Münz trató de inyectarla pero ella se movía bruscamente, golpeó al doctor Münz con las piernas mientras él la sostenía, él le rodeó el cuello con el brazo & ella le incrustó los dientes, el dolor era tan fuerte que el doctor Münz se vió obligado a soltarla. Ella se golpeaba con la ventana hasta que se hizo sangrar la frente. Pronto la anémica muchacha se sentó de nuevo, el vestido que era blanco se tornaba rojo lentamente, Münz miró la manga de su camisa, estaba con tonos carmesí, ¿cuándo le había mordido? Él no había notado nada, sólo había sentido el dolor.
El doctor Münz se revisaba la herida que le habían hecho las fauces de Chloris, cuando sonó el cuerpo de Chloris cuando cayó al suelo. La mancha carmesí en el suelo revelaba que las heridas que ella se había hecho eran graves. Richard llamó a Agnes, de inmediato, Agnes estaba poniéndole compresas en las heridas, mientras Münz llamaba al hospital, pidiendo una ambulancia.
Llegaron los paramédicos, la llevaron al hospital. Agnes iba ahí en la ambulancia.
Münz por su parte, preguntó a Binka todo lo que tenía que saber.
- Frau Binka, ¿me permite un momento?
- Con gusto doctor Münz.
- Dígame, ¿qué sucedió con la pequeña Chloris?
- Es una historia familiar, me hicieron jurar que nunca diría nada.
- Es necesario, su secreto está a salvo conmigo.
- Júrelo por favor.
- Lo juro.
- Entonces le contaré. Chloris siempre fue una niña agradable, quizás no sonreía mucho en casa, pero siempre estaba ahí, siendo tan sencilla. Estudió en una escuela de arte, ahí tuvo a sus primeros amigos. Pero la soledad & el descuido de sus padres la arrastraron lejos de nuestra vista. Yo tan sólo soy un ama de llaves, no tenía ella la obligación de contarme nada. Hasta que un día descubrí que ella cortaba sus piernas, sus brazos & su estómago. Noté que la niña tenía anemia & estaba cada vez más delgada. Descubrí que vomitaba. Ella me contó todo lo que le había sucedido. A pesar de ser la hija de unos políticos de gran poder, fue ultrajada quién sabe cuantas veces por un hombre al que por alguna retorcida & extraña razón amaba. De pronto, empezó a dormir casi 18 horas al día. No despertaba, no iba a la escuela, se encerraba en su habitación & abrazaba una suave frazada, le daba la forma de un bebé; al que le hablaba & mimaba como si estuviese vivo.
- ¿Cuántos años tenía cuando pasó todo eso? - preguntó Münz.
- Tenía casi quince. - respondió Binka.
- Prosiga por favor.
- Entonces la muchacha canceló la matrícula en la escuela de arte & dijo a sus padres que aquello de ser artista era una locura, sus padres se alegraron & Chloris les prometió que pronto estudiaría en la escuela de Ciencias Políticas. Ella tenía ya casi cuatro años que sus padres le pagaban una serie de tutores para que la ayudasen a ingresar a la universidad, lejos de aquí.
-¿Se quedó siempre en casa? - Interrumpió Münz
- Ya verá. - Replicó Binka.
- Prosiga por favor - Pidió Münz.
- Ella nunca había experimentado un sentimiento profundo por nadie. Aquel cariño aberrado que experimentaba era tan sólo como una especie de Síndrome de Estocolmo. De pronto, ella estaba lista para salir de casa. La época universitaria se acercaba & tenía que salir. Así que cambió todo de último momento, se inscribió en la facultad de Ciencias Médicas. Pasó cierto tiempo para que ella encontrara a alguien & su jóven corazón experimentase un sentimiento diferente, algo más fuerte, más profundo. Allí, estudia el muchacho que viene a preguntarme siempre por ella. El nombre de ese joven es Ritter.
- El chico que provocó la crisis de hace rato... - Interrumpió Münz.
- No tiene la culpa ese joven... Él no sabe lo que le pasa a Chloris. - Respondió Binka.
- Prosiga... Quiero saber el vínculo de ese muchacho en todo este embrollo... - dijo Münz.
- Ritter le dió un lugar a dónde ir. Para Chloris su casa nunca fue un lugar formidable ¿sabe? La pobre Chloris siempre estuvo sola. Sus padres nunca quisieron cuidar de ella. Siempre la ignoraban, pero Ritter no. Ritter la llevaba a su casa, ahí fue cuando ella descubrió que la ausencia que dejaban sus padres era enorme. Los padres de Ritter la cuidaban bien, Ritter la cuidaba & la amaba.
- ¡¿Entonces por qué tanto barullo?! - Exclamó Münz.
- Es que, el muchacho pensó que ella lloraba demasiado si permanecía a su lado. Tuvieron un pleito hasta cierto punto algo fuerte, ella se sentía tan triste que tomó un medicamento que le sirve para controlar la migraña en exceso para buscar a la muerte. Naturalmente, él pensó que le hacía daño. Así que un día el dispuso que si ella seguía junto a él, ella moriría de seguro. Llegó a la residencia, & se despidió de ella. Ella lo siguió por toda la casa, él no soportaba escuchar sus gritos & ver sus lágrimas así que la encerró en la habitación, salió corriendo de la residencia, dejándola atrás, según él por su bien. Desde ese día, comenzó a encerrarse de nuevo. Sus profesores & compañeros la visitaban regularmente. Ella se enfermaba más seguido. Pronto, dejó de moverse. Se quedaba frente a la ventana, estática... Le llevábamos la comida, jugaba con ella & la dejaba ahí.
- Frau Binka... ¿Cuándo notó que ella necesitaba un psiquiatra?
- Cuando después de dos días seguidos su mirada era vacía... Estaba como perdida en el espacio. Hablaba incoherentemente.
- En realidad Frau Binka, parecen no tener sentido, pero son como muchas piezas de rompecabezas que hay que ordenar. - Aseveró Münz.
- Doctor Münz, ¿hay algo que podamos hacer para salvar a la joven Chloris?
- Sólo sé medicar. No soy psicólogo. - Se resignó el doctor Münz.
Richard Münz bajó la mirada, salió a buscar al médico que atendía sus heridas para que comenzara el tratamiento de antipsicóticos. Frau Binka sólo se quedó atónita. Ella sabía que eso ya era esperanza. Mientras tanto, el doctor Münz dijo a Binka que contratara a Agnes para que cuidara de ella & la medicara. El doctor Münz había perdido la batalla. A parte de tener un desorden maníaco-depresivo, tenía un trastorno de ansiedad severo. ¿Qué podía hacer? Chloris ya no veía la realidad. Estaba estancada en su cabeza, repitiendo una & otra vez una canción que escuchaba en el internet, lágrimas pequeñas & frías salían de sus ojos repentinamente, decía todo lo que Ritter jamás quizo decir... Pero esa era la triste escena en la cabeza de Chloris, cuando dormía
Binka llamó a Ritter. La enfermera Agnes pudo escuchar la conversación.
- Buena noche, ¿se encontrará el joven Ritter?
- En seguida - decía la voz del otro lado de la línea.
- ¿Joven Ritter?
- ¿Frau Binka?
- Sí, soy yo.
- ¿Le pasa algo a Chloris?
- Está más pálida que nunca.
- ¿En dónde estás?
- En el hospital...
- ¿En cuál?
- Te daré la dirección. No te muestres en su habitación por favor.
- No puedo ir. Tengo exámenes mañana.
- Mejor aún, sólo quería avisarle.
- ¿Qué pasó Frau Binka? ¿Qué le pasó a Chloris.
- Lo mismo que cuando te fuiste. Menos mal ahí estaba el doctor.
<< Seguramente Ritter se quedó callado... >> pensó Agnes. Binka comenzó a llorar. Después de la muerte de la abuela de Chloris, Binka era el único trozo de amor que le quedaba. Eso era lo que Binka solía contarle a Agnes desde que comenzó a trabajar con Chloris.
- No debí aparecer...
- Quizás.... - hizo una pausa tragándose el nudo en la garganta - debieres de volver... - dijo soltando el sollozo.
- No puedo. - hizo una pausa - sólo se destruirá.
- ¿A caso no entiende joven Ritter? ¡Ella le ama!
- Sólo se destruirá si sigo a su lado.
- Ella ya está destruida & eso no podrá detenerse si usted no está...
Se cortó la llamada... Binka colgó el teléfono.
- Pensé que tomarías color mi niña Chloris... Pensé que podría verte con mejillas rosadas, vestidos de colores... ¡LO PENSÉ! - gritaba sollozando Frau Binka... Lloró a más no poder, Agnes la consoló hasta que se quedó dormida.
Agnes recordaba la escena con claridad, el hospital, sus paredes blancas, los asientos negros, las luces en el techo, el olor a medicamento... Cuando vió a Chloris, tocando la ventana fría, los dedos de Chloris estaban pegados a la ventana, las lágrimas empezaron a brotar amargamente de sus ojos, hace tres años que ella no hacía eso
- Sólo... Abrázame... - dijo Chloris sin expresión.
Agnes sentía curiosidad de ver lo que sucedía, a una distancia segura, observó la ventana. El joven Ritter caminaba de la mano de una muchacha, joven, bella... Chloris sólo se tocó el rostro & no hacía ninguna expresión... Se paró & comenzó a caminar, de pronto, empezó a temblar, se echó a correr & Agnes iba tras ella, Binka corrió tras Agnes & Chloris. Chloris se encerró en el baño comenzó a gritar de dolor, Agnes forzó la puerta después de diez minutos de intentar abrirlo & cuando observó, un secador de cabello calló dentro de una solución de agua & sangre que inundaba la tina de mármol grisáceo & vió cómo Chloris moría por las fuertes correntadas eléctricas que inundaban el cuerpo de esa jóven... Su cuerpo se agitaba conforme la electricidad paraba su corazón, sus ojos iban volviéndose blancos, salía sangre por sus oídos, los rasguños del cuerpo no eran nada comparado con esa atroz escena. Escuchaba a Binka gritar algo incomprensible para los oídos de Agnes, sólo estaba enfocada en la escena que podía ver en cámara lenta, De pronto John, el encargado de servicios técnicos de aquella residencia, bajó las palancas del voltaje. Todo se quedó oscuro.
Agnes se desmayó.
Binka sacó a la jovencita del agua, los paramédicos llegaron pronto... No había más que hacer. Sólo llamar a los ocupados padres de Chloris para hacerles llegar la triste noticia, una negra noticia... Ya no había Chloris en esta tierra, en ninguna otra... Mientras tanto, Binka lloraba, los paramédicos hacían un acta de defunción, el doctor Münz atendió & tomó en brazos a la joven Chloris cuyas manos soltaron una rosa marchita... La difunta Chloris cuyo cuerpo estaba más pálido que nunca, cómo la rosa marchita que cayó al suelo. Depositaron un cadaver húmedo en una bolsa azul con cierre. Etiquetaron la bolsa que decía: Chloris Metternich. Hora de la muerte: 21:15 pm. Fecha de la muerte: 17/Abril/2011. Causa de la muerte: Electrocución.
El doctor Münz entró por última vez a la alcoba, vió por la ventana... El jóven doctor Ritter Wolff estaba mojándose por la lluvia repentina fuera de la casa de Chloris, el doctor Münz corrió a buscar a Ritter Wolff, él ya casi se marchaba cuando escuchó los pasos de Münz. Se volteó. Miró a Richard Münz, su maestro de psiquiatría, le saludó.
- Doctor Münz, buena noche.
- Buenas noches Ritter... - dijo Münz con un aire de misterio.
- Ya me tengo que retirar...
-Calla Ritter... Debo decirte, que esto que sucedió...
-Déjelo...
- No huyas Wolff.. Sabes que detesto a los cobardes.
- Pero... - lo interrumpió Münz
- Enfréntalo, si no te hubieses apartado, esto nunca hubiese pasado.
- Pero - lo volvió a interrumpir.
- Esas discusiones que los separaron, se superan... No pudiste manejarlo, ella tampoco... Yo... no podía. Ya era demasiado tarde. En ella se acumuló tu ausencia, el dolor, la soledad...
- ¿No era esquizofrenia como me dijo Frau Binka?
- No. Era tristeza. Dicen que murió electrocutada, yo sé que murió por un corazón roto.
Ritter sólo guardó silencio... Quizás eran lágrimas, Münz piensa que era la lluvia, el joven Ritter ahora tenía otro amor... Mientras que Chloris repetía la escena de las olas, una & otra vez hasta que el mar de sus lágrimas se la tragó. El doctor Münz se alejó de Ritter Wolff. Cada uno tomó vías diferentes. Binka seguía abrazando la bolsa azul con el cadaver de Chloris Metternich. Agnes siendo tratada por su shock nervioso, John llamándo a sus jefes que estaban en una convención en Austria & ¿Chloris? Quizás soñando con Ritter.
Toda la esfera política se solidarizaba con los Metternich. Los padres estaban serenos, "un peso menos es mejor" decían en sus vacías cabezas.Chloris dormía con la rosa entre los dedos, un rosario que nunca usó para rezar, un crucifijo en el que nunca creyó le colgaba del cuello & el pesar de todos a su alrededor. Ritter Wolff hizo su vida, aún sabiendo de que Chloris fue inolvidable. El doctor Münz atendía más a los cuidados psiquipatricos, Agnes era la mano derecha del doctor Münz. & Binka ya se había resignado hace mucho tiempo, sabía que la pequeña Chloris se quedaría pálida por siempre.
Agnes miraba la habitación con duda, había pasado tres años siempre peinando su cabello negro, bañándola, vistiéndola, era como tener una muñeca de carne & hueso. El ama de llaves había contratado a Agnes para cuidar a Chloris mientras sus padres viajaban, lo cual era casi todo el tiempo, sus padres estaban envueltos en la esfera política de un país al que servían con agrado como grandes & nobles diplomáticos, no querían que una criatura que nunca habían deseado les retrasara más tiempo en su agitado acenso. Agnes mientras tanto deseaba hacerle preguntas a Binka, el ama de llaves, pero el miedo & el respeto a su contrato nunca la dejaban.
Mientras la cabeza de Agnes se llenaba de ideas extrañas sabía que había llegado la hora de revisar la ficha clínica de Chloris para medicarla como siempre. El Dr. Münz era el psiquiatra encargado de atenderla. Tomó las fichas & encontró que habían más en una carpeta de color negro con el nombre Chloris, una fecha & un número de registro. En la primera ficha, había palabras en un vocabulario médico que ella podía entender, eso regresó a su memoria todo lo sucedido.
Agnes había recordado ese día... El Dr. Münz había ordenado preguntar a los padres lo sucedido la primera vez que se le atendió. Como siempre, Blanchette & Carl estaban tan ocupados que apenas dijeron lo sucedido al Dr. Münz, él molesto por el desinterés & la insensibilidad & por esto, tomó una desición que costaría caro, ¿pero qué eran unos miles más para Blanchette & Carl? Así que observó a Chloris por tres días seguidos.
Durante el primer día en la ficha tan sólo decía: Catalepsia. Llevaba casi 48 horas de estar sosteniendo la misma posición frente a una ventana que tenía vista hacia la calle según reportó la Frau Binka. Por fin, el doctor Münz tomó la desición de inyectarle un ansiolítico para probar si se trataba de esquizofrenia. Anotó en la ficha: Observar en 8 horas el resultado.
Ocho horas después ella seguía sentada en el mismo lugar, probó hablar con ella
-¿Chloris?-
Nada... No decía nada. Lo intentó de nuevo.
- Chloris, vámos a la cocina.- Dijo el Dr. Münz
- No. - Repuso con un mutis.
- ¿Puedes moverte Chloris?
- ¿ Puedes moverte...? - Repitió.
El doctor Münz volvió a anotar otro par de palabras en la ficha: mutismo, negativismo. Richard Münz no era un hombre que daba su brazo a torcer tan fácil. ASí que intentó hablar de nuevo.
- Hola. - Dijo Münz
- Hola - Repitió Chloris. Münz quería constatar que no era ecolalia así que intentó de nuevo.
- Las rosas son rojas... - Dijo Münz
- Las rosas son rojas... - Repitió Chloris sin voltear a verle.
Así que Richard Münz había probado su punto: era ecolalia. Anotó una tercer palabra en la ficha: ecolalia. Siguió observándola durante dos horas más, esperando observar algo, escuchar algo, sentir algo; pero nada. Pronto, el experimentaba un tipo de somnolencia extraña, sus ojos se apagaban poco a poco, cerrándose lentamente, las imágenes a su alrededor se hacían borrosas, todo se hacía incomprensible... cuando escuchó algo; era Chloris:
- Sólo haz lo que quieras... Sin mi.
El doctor Richard Münz lo anotó en un cuaderno que tenía a la mano. Chloris tocaba la ventana con sus temblorosos, destruidos & pálidos dedos. Las marcas en los dedos de Chloris denotaban la ansiedad de la que era víctima, pero eso era algo que podía observar después así que Richard Münz divisó a un muchacho con una bufanda gris, hablando con Binka, el ama de llaves.
- Las olas... Se mueven a tu alrededor... - musitó Chloris.
El doctor seguía escuchando & anotando en aquella libreta de color rojo todo lo que salía lentamente de los labios de Chloris.
- Me ahogo en tu adiós... Frío. Siento frío en el Paraíso. - volvió a musitar Chloris
"Era como un rompecabezas retorcido" escribió Richard Münz en la libreta al pié de la página.
- & las olas de ven partir... - hizo una pausa - ¿Tienes calor? -
Chloris decía retazos de imaginación. ¿Quién puede tener calor en un frío día de Noviembre? ¿Quién puede sentirse con calor cuando los copos de nieve se asoman a las ventanas?
- & te arrepientes del día que me amaste. ¿Verdad?
"Sigue sin parar, como si estuviese viciada por la presencia del muchacho con bufanda gris parado frente al pórtico de la garita de entrada." ¿Quién era el muchacho? preguntaba Münz en su cabeza.
Binka entró a la residencia, el muchacho se volteó... Chloris lloró. Se halaba el cabello, se aruñaba en cuerpo con las pocas uñas que le quedaban, Münz trató de inyectarla pero ella se movía bruscamente, golpeó al doctor Münz con las piernas mientras él la sostenía, él le rodeó el cuello con el brazo & ella le incrustó los dientes, el dolor era tan fuerte que el doctor Münz se vió obligado a soltarla. Ella se golpeaba con la ventana hasta que se hizo sangrar la frente. Pronto la anémica muchacha se sentó de nuevo, el vestido que era blanco se tornaba rojo lentamente, Münz miró la manga de su camisa, estaba con tonos carmesí, ¿cuándo le había mordido? Él no había notado nada, sólo había sentido el dolor.
El doctor Münz se revisaba la herida que le habían hecho las fauces de Chloris, cuando sonó el cuerpo de Chloris cuando cayó al suelo. La mancha carmesí en el suelo revelaba que las heridas que ella se había hecho eran graves. Richard llamó a Agnes, de inmediato, Agnes estaba poniéndole compresas en las heridas, mientras Münz llamaba al hospital, pidiendo una ambulancia.
Llegaron los paramédicos, la llevaron al hospital. Agnes iba ahí en la ambulancia.
Münz por su parte, preguntó a Binka todo lo que tenía que saber.
- Frau Binka, ¿me permite un momento?
- Con gusto doctor Münz.
- Dígame, ¿qué sucedió con la pequeña Chloris?
- Es una historia familiar, me hicieron jurar que nunca diría nada.
- Es necesario, su secreto está a salvo conmigo.
- Júrelo por favor.
- Lo juro.
- Entonces le contaré. Chloris siempre fue una niña agradable, quizás no sonreía mucho en casa, pero siempre estaba ahí, siendo tan sencilla. Estudió en una escuela de arte, ahí tuvo a sus primeros amigos. Pero la soledad & el descuido de sus padres la arrastraron lejos de nuestra vista. Yo tan sólo soy un ama de llaves, no tenía ella la obligación de contarme nada. Hasta que un día descubrí que ella cortaba sus piernas, sus brazos & su estómago. Noté que la niña tenía anemia & estaba cada vez más delgada. Descubrí que vomitaba. Ella me contó todo lo que le había sucedido. A pesar de ser la hija de unos políticos de gran poder, fue ultrajada quién sabe cuantas veces por un hombre al que por alguna retorcida & extraña razón amaba. De pronto, empezó a dormir casi 18 horas al día. No despertaba, no iba a la escuela, se encerraba en su habitación & abrazaba una suave frazada, le daba la forma de un bebé; al que le hablaba & mimaba como si estuviese vivo.
- ¿Cuántos años tenía cuando pasó todo eso? - preguntó Münz.
- Tenía casi quince. - respondió Binka.
- Prosiga por favor.
- Entonces la muchacha canceló la matrícula en la escuela de arte & dijo a sus padres que aquello de ser artista era una locura, sus padres se alegraron & Chloris les prometió que pronto estudiaría en la escuela de Ciencias Políticas. Ella tenía ya casi cuatro años que sus padres le pagaban una serie de tutores para que la ayudasen a ingresar a la universidad, lejos de aquí.
-¿Se quedó siempre en casa? - Interrumpió Münz
- Ya verá. - Replicó Binka.
- Prosiga por favor - Pidió Münz.
- Ella nunca había experimentado un sentimiento profundo por nadie. Aquel cariño aberrado que experimentaba era tan sólo como una especie de Síndrome de Estocolmo. De pronto, ella estaba lista para salir de casa. La época universitaria se acercaba & tenía que salir. Así que cambió todo de último momento, se inscribió en la facultad de Ciencias Médicas. Pasó cierto tiempo para que ella encontrara a alguien & su jóven corazón experimentase un sentimiento diferente, algo más fuerte, más profundo. Allí, estudia el muchacho que viene a preguntarme siempre por ella. El nombre de ese joven es Ritter.
- El chico que provocó la crisis de hace rato... - Interrumpió Münz.
- No tiene la culpa ese joven... Él no sabe lo que le pasa a Chloris. - Respondió Binka.
- Prosiga... Quiero saber el vínculo de ese muchacho en todo este embrollo... - dijo Münz.
- Ritter le dió un lugar a dónde ir. Para Chloris su casa nunca fue un lugar formidable ¿sabe? La pobre Chloris siempre estuvo sola. Sus padres nunca quisieron cuidar de ella. Siempre la ignoraban, pero Ritter no. Ritter la llevaba a su casa, ahí fue cuando ella descubrió que la ausencia que dejaban sus padres era enorme. Los padres de Ritter la cuidaban bien, Ritter la cuidaba & la amaba.
- ¡¿Entonces por qué tanto barullo?! - Exclamó Münz.
- Es que, el muchacho pensó que ella lloraba demasiado si permanecía a su lado. Tuvieron un pleito hasta cierto punto algo fuerte, ella se sentía tan triste que tomó un medicamento que le sirve para controlar la migraña en exceso para buscar a la muerte. Naturalmente, él pensó que le hacía daño. Así que un día el dispuso que si ella seguía junto a él, ella moriría de seguro. Llegó a la residencia, & se despidió de ella. Ella lo siguió por toda la casa, él no soportaba escuchar sus gritos & ver sus lágrimas así que la encerró en la habitación, salió corriendo de la residencia, dejándola atrás, según él por su bien. Desde ese día, comenzó a encerrarse de nuevo. Sus profesores & compañeros la visitaban regularmente. Ella se enfermaba más seguido. Pronto, dejó de moverse. Se quedaba frente a la ventana, estática... Le llevábamos la comida, jugaba con ella & la dejaba ahí.
- Frau Binka... ¿Cuándo notó que ella necesitaba un psiquiatra?
- Cuando después de dos días seguidos su mirada era vacía... Estaba como perdida en el espacio. Hablaba incoherentemente.
- En realidad Frau Binka, parecen no tener sentido, pero son como muchas piezas de rompecabezas que hay que ordenar. - Aseveró Münz.
- Doctor Münz, ¿hay algo que podamos hacer para salvar a la joven Chloris?
- Sólo sé medicar. No soy psicólogo. - Se resignó el doctor Münz.
Richard Münz bajó la mirada, salió a buscar al médico que atendía sus heridas para que comenzara el tratamiento de antipsicóticos. Frau Binka sólo se quedó atónita. Ella sabía que eso ya era esperanza. Mientras tanto, el doctor Münz dijo a Binka que contratara a Agnes para que cuidara de ella & la medicara. El doctor Münz había perdido la batalla. A parte de tener un desorden maníaco-depresivo, tenía un trastorno de ansiedad severo. ¿Qué podía hacer? Chloris ya no veía la realidad. Estaba estancada en su cabeza, repitiendo una & otra vez una canción que escuchaba en el internet, lágrimas pequeñas & frías salían de sus ojos repentinamente, decía todo lo que Ritter jamás quizo decir... Pero esa era la triste escena en la cabeza de Chloris, cuando dormía
Binka llamó a Ritter. La enfermera Agnes pudo escuchar la conversación.
- Buena noche, ¿se encontrará el joven Ritter?
- En seguida - decía la voz del otro lado de la línea.
- ¿Joven Ritter?
- ¿Frau Binka?
- Sí, soy yo.
- ¿Le pasa algo a Chloris?
- Está más pálida que nunca.
- ¿En dónde estás?
- En el hospital...
- ¿En cuál?
- Te daré la dirección. No te muestres en su habitación por favor.
- No puedo ir. Tengo exámenes mañana.
- Mejor aún, sólo quería avisarle.
- ¿Qué pasó Frau Binka? ¿Qué le pasó a Chloris.
- Lo mismo que cuando te fuiste. Menos mal ahí estaba el doctor.
<< Seguramente Ritter se quedó callado... >> pensó Agnes. Binka comenzó a llorar. Después de la muerte de la abuela de Chloris, Binka era el único trozo de amor que le quedaba. Eso era lo que Binka solía contarle a Agnes desde que comenzó a trabajar con Chloris.
- No debí aparecer...
- Quizás.... - hizo una pausa tragándose el nudo en la garganta - debieres de volver... - dijo soltando el sollozo.
- No puedo. - hizo una pausa - sólo se destruirá.
- ¿A caso no entiende joven Ritter? ¡Ella le ama!
- Sólo se destruirá si sigo a su lado.
- Ella ya está destruida & eso no podrá detenerse si usted no está...
Se cortó la llamada... Binka colgó el teléfono.
- Pensé que tomarías color mi niña Chloris... Pensé que podría verte con mejillas rosadas, vestidos de colores... ¡LO PENSÉ! - gritaba sollozando Frau Binka... Lloró a más no poder, Agnes la consoló hasta que se quedó dormida.
Agnes recordaba la escena con claridad, el hospital, sus paredes blancas, los asientos negros, las luces en el techo, el olor a medicamento... Cuando vió a Chloris, tocando la ventana fría, los dedos de Chloris estaban pegados a la ventana, las lágrimas empezaron a brotar amargamente de sus ojos, hace tres años que ella no hacía eso
- Sólo... Abrázame... - dijo Chloris sin expresión.
Agnes sentía curiosidad de ver lo que sucedía, a una distancia segura, observó la ventana. El joven Ritter caminaba de la mano de una muchacha, joven, bella... Chloris sólo se tocó el rostro & no hacía ninguna expresión... Se paró & comenzó a caminar, de pronto, empezó a temblar, se echó a correr & Agnes iba tras ella, Binka corrió tras Agnes & Chloris. Chloris se encerró en el baño comenzó a gritar de dolor, Agnes forzó la puerta después de diez minutos de intentar abrirlo & cuando observó, un secador de cabello calló dentro de una solución de agua & sangre que inundaba la tina de mármol grisáceo & vió cómo Chloris moría por las fuertes correntadas eléctricas que inundaban el cuerpo de esa jóven... Su cuerpo se agitaba conforme la electricidad paraba su corazón, sus ojos iban volviéndose blancos, salía sangre por sus oídos, los rasguños del cuerpo no eran nada comparado con esa atroz escena. Escuchaba a Binka gritar algo incomprensible para los oídos de Agnes, sólo estaba enfocada en la escena que podía ver en cámara lenta, De pronto John, el encargado de servicios técnicos de aquella residencia, bajó las palancas del voltaje. Todo se quedó oscuro.
Agnes se desmayó.
Binka sacó a la jovencita del agua, los paramédicos llegaron pronto... No había más que hacer. Sólo llamar a los ocupados padres de Chloris para hacerles llegar la triste noticia, una negra noticia... Ya no había Chloris en esta tierra, en ninguna otra... Mientras tanto, Binka lloraba, los paramédicos hacían un acta de defunción, el doctor Münz atendió & tomó en brazos a la joven Chloris cuyas manos soltaron una rosa marchita... La difunta Chloris cuyo cuerpo estaba más pálido que nunca, cómo la rosa marchita que cayó al suelo. Depositaron un cadaver húmedo en una bolsa azul con cierre. Etiquetaron la bolsa que decía: Chloris Metternich. Hora de la muerte: 21:15 pm. Fecha de la muerte: 17/Abril/2011. Causa de la muerte: Electrocución.
El doctor Münz entró por última vez a la alcoba, vió por la ventana... El jóven doctor Ritter Wolff estaba mojándose por la lluvia repentina fuera de la casa de Chloris, el doctor Münz corrió a buscar a Ritter Wolff, él ya casi se marchaba cuando escuchó los pasos de Münz. Se volteó. Miró a Richard Münz, su maestro de psiquiatría, le saludó.
- Doctor Münz, buena noche.
- Buenas noches Ritter... - dijo Münz con un aire de misterio.
- Ya me tengo que retirar...
-Calla Ritter... Debo decirte, que esto que sucedió...
-Déjelo...
- No huyas Wolff.. Sabes que detesto a los cobardes.
- Pero... - lo interrumpió Münz
- Enfréntalo, si no te hubieses apartado, esto nunca hubiese pasado.
- Pero - lo volvió a interrumpir.
- Esas discusiones que los separaron, se superan... No pudiste manejarlo, ella tampoco... Yo... no podía. Ya era demasiado tarde. En ella se acumuló tu ausencia, el dolor, la soledad...
- ¿No era esquizofrenia como me dijo Frau Binka?
- No. Era tristeza. Dicen que murió electrocutada, yo sé que murió por un corazón roto.
Ritter sólo guardó silencio... Quizás eran lágrimas, Münz piensa que era la lluvia, el joven Ritter ahora tenía otro amor... Mientras que Chloris repetía la escena de las olas, una & otra vez hasta que el mar de sus lágrimas se la tragó. El doctor Münz se alejó de Ritter Wolff. Cada uno tomó vías diferentes. Binka seguía abrazando la bolsa azul con el cadaver de Chloris Metternich. Agnes siendo tratada por su shock nervioso, John llamándo a sus jefes que estaban en una convención en Austria & ¿Chloris? Quizás soñando con Ritter.
Toda la esfera política se solidarizaba con los Metternich. Los padres estaban serenos, "un peso menos es mejor" decían en sus vacías cabezas.Chloris dormía con la rosa entre los dedos, un rosario que nunca usó para rezar, un crucifijo en el que nunca creyó le colgaba del cuello & el pesar de todos a su alrededor. Ritter Wolff hizo su vida, aún sabiendo de que Chloris fue inolvidable. El doctor Münz atendía más a los cuidados psiquipatricos, Agnes era la mano derecha del doctor Münz. & Binka ya se había resignado hace mucho tiempo, sabía que la pequeña Chloris se quedaría pálida por siempre.
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